Titulada en joyería y orfebrería por la Escuela Llotja de Barcelona y Maestra Artesana desde 2014, Gemma López (Barcelona, 1974) recibió el Premio a la Mejor Marca Artesana de Catalunya de 2015. Se formó también en la Escola Massana y en disciplinas como el cincelado, esmalte y ceras. Siguió aprendiendo el oficio en el taller de su familia, de larga tradición joyera. Tras formar parte de diversas asociaciones de diseñadores y colaborar con instituciones públicas como Artesanía de Catalunya, FAD y JOYEX, entre otras, hoy es Presidenta de la Sección de Artesanos del Colegio de Joyeros de Catalunya (JORGC). Rubíes, lapislázuli, diamantes, esmeraldas o aguas marinas enmarcadas en oro mate, conforman parte del universo creativo de Gemma, que compartirá espacio en “BCNJoya Concept” con una trentena de artesanos en el marco de BCNJoya que contará con 120 expositores. El sector dedicado a la joyería y relojería integrará la oferta global de salón Expohogar Otoño, que expondrá las novedades de un total de 250 empresas del 22 al 25 de septiembre en el recinto de Montjuïc de Fira de Barcelona.
¿Cuál es la situación actual del mercado de la joyería?
Tras la crisis, la joyería registró un notable crecimiento durante tres años. En cambio, durante el ejercicio de 2017 ha experimentado una leve inflexión debido al descenso de las ventas. No es muy preocupante: las joyas siguen estando de moda, y siempre lo estarán, porque transmiten la esencia de quien las lleva y suelen tener un significado que va mucho más allá del simple objeto. Sin embargo, el modo de escogerlas y comprarlas está cambiando. Y todos los profesionales que integramos este mundo, desde los fabricantes hasta los distribuidores, los artesanos, gemólogos, diseñadores y creadores de joyas tanto comerciales como conceptuales, tenemos que cambiar la forma de gestionar el negocio, considerando sobre todo la influencia de Internet, del marketing online o las diversas plataformas digitales y cómo conjugar todas estas nuevas herramientas con el canal retail.
No obstante, más allá del concepto de comunicación y venta de los artículos que necesita urgentemente una reinterpretación, el público sigue esperando nuestras piezas: las joyas decoran nuestro aspecto, realzan nuestra belleza y nos hacen sentir mejor con nosotros mismos desde tiempos inmemoriales. Y además, nos acercan a la naturaleza: es extraordinario poder llevar piedras milenarias, extraídas de la tierra, con todas sus propiedades y sus maravillosas imperfecciones, ya sean en bruto, talladas, pulidas o facetadas para realzar aún más su belleza y su energía.
Cuando una joya está bien pensada, diseñada, trabajada, fabricada y finalmente es elegida por un cliente, el vínculo que éste crea con la pieza es una forma de expresión que conecta con su alma. El feeling, la conexión que se establece entre la persona y la joya es fantástica.
¿Cuáles son las principales diferencias entre las joyas artesanas y las de un ámbito más comercial?
Sin duda, la exclusividad. En los talleres artesanos creamos piezas únicas como las personas que las elegirán. Se trata además de una expresión artística de quien la crea. Esta exclusividad y autenticidad es su elemento diferenciador. Por esta razón, cuando trabajo con mis piedras intento no tallarlas, precisamente para respetar al máximo su belleza, sus impurezas, su mensaje, su estética, su arte. Quiero que sea lo más natural posible sin que la mano del hombre interfiera y así dejar que se exprese. Entiendo que la naturaleza es la artista y en este caso yo la enmarco.
El diseño de la joyería comercial está dirigido a un público que busca otro tipo de estética, igualmente original y maravillosa, como nos demuestran las firmas que integran este sector, pero más basadas en la tendencia del momento. Por otro lado, es cierto que el contacto entre artesano y cliente es más cercano, más directo. Esto nos permite interpretar mejor los deseos del cliente, sus gustos y su personalidad. Esta relación nos ayuda a encontrar ‘su’ joya perfecta, que exprese su verdadera esencia y responda a sus deseos. Porque también de deseo se trata: deseamos adornarnos con joyas que nos hacen sentir únicos, diferentes.
Normalmente, cuando se regala una joya suele ser un momento importante de nuestra vida, un cumpleaños, la graduación, un compromiso, un nacimiento, un regalo,... y tiene un fuerte componente emocional. Por este motivo, la joya tiene un valor añadido respecto a otros objetos de valor. La joya forma parte de pequeños grandes momentos de nuestra vida, y el valor simbólico así como la unión emocional que conlleva la hace aún más especial.
Y en este marco, ¿dónde se inscriben las joyas contemporáneas?
Son joyas frescas, sin complejos, verdaderas obras de arte que se suelen exponer en galerías, exposiciones y ferias más vanguardistas. Son piezas únicas, que no nacen con ambiciones comerciales: el objetivo es más artístico, de vanguardia, con un concepto mucho más creativo, innovador incluso experimental. En este sentido, en nuestro país tenemos grandes artistas.
¿Cuáles son las principales tendencias en diseño de joyería?
Hay unas tendencias marcadas a nivel mundial: ahora el diseño se inspira en la estética de finales de los 80 y principio de los 90, e influye también en la música o la moda. Y luego están los que marcan tendencia con sus obras innovadoras, tanto a nivel artístico como creativo o artesanal. En este ámbito, se nota un incremento de la demanda de piezas artesanales.
Por otro lado, lo que sí va cobrando cada vez más importancia es el significado de la joya, que se vive más como un mensaje personal y cultural que como un adorno. Por esto, me gusta la definición de ‘joyas conceptuales’, porque reflejan un nuevo discurso creativo en torno a las piezas.
Desde mi punto de vista, y como artesana, una tendencia conceptual que se impone con fuerza es la que considera la naturaleza como la verdadera artista. Mi método personal, por ejemplo, consiste en respetarla, realzando su esencia a través de un diseño que no sea invasivo ni distorsionante. Prefiero dejar hablar las piedras y los metales para escuchar todo lo que nos tienen que contar. El tema del ‘respeto’ es más importante de lo que pueda parecer: y es que frente a la globalización creo que ahora predominan más los valores de origen. Tenemos más conciencia de nuestro entorno y eso hace que prestemos especial atención a temas de gran importancia como la ecología o la sostenibilidad.
¿Qué lugar ocupa Cataluña a nivel de ventas? ¿Y a nivel creativo?
Catalunya, con su larga tradición cultural vinculada al diseño y con su variedad de escuelas donde se estudian artes y oficios, ofrece un caldo de cultivo inmejorable para la creatividad, en todas sus expresiones. Además, ha dado origen a un tejido empresarial que ha tenido el valor de apostar por el diseño como clave del cambio, así como por la internacionalización de los productos, el e-commerce y el diseño 3D, entre otras iniciativas. La cultura catalana tradicionalmente siempre ha sido innovadora y lo sigue siendo.
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