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El FORO DE LAS CIUDADES DE MADRID analizó la Naturaleza Urbana y el bienestar humano

28/04/2022

Celebró un Laboratorio el 26 de abril de 2022, en formato online

El FORO DE LAS CIUDADES DE MADRID celebró el pasado 26 de abril un Laboratorio online sobre la Naturaleza Urbana y las infraestructuras verdes y el papel en lograr ciudades más habitables, resilientes y saludables. Estos Laboratorios son actos preliminares a la celebración de la quinta edición del FORO, que organiza IFEMA MADRID, en su Recinto Ferial, del 14 al 16 de junio de 2022.

El FORO DE LAS CIUDADES DE MADRID se desarrollará, en el marco del FORO MEDIO AMBIENTE Y SOSTENIBILIDAD, FSMS, que incluirá la 21ª Feria Internacional del Urbanismo y Medio Ambiente, TECMA, y la 8ª Feria Internacional de la Recuperación y el Reciclado, SRR. El evento tendrá lugar en el Recinto Ferial de IFEMA MADRID, institución organizadora del mismo.

La principal conclusión del debate fue que la visión sobre la naturalización de las ciudades se ha establecido en el ámbito conceptual y político, pero todavía necesita superar diversos obstáculos (económicos, culturales y sociales) para consolidarse como una opción que se implante de forma masiva y transformadora. 

La sesión exploró el potencial y los obstáculos del nuevo paradigma de la gestión del verde en las ciudades, que es el resultado de la evolución del “tradicional mantenimiento de parques y jardines” hacia una visión mucho más integral. Es una visión que concibe la Naturaleza Urbana como un elemento imprescindible, para mejorar la calidad de vida de las personas e incrementar su bienestar físico y mental.

Otra idea que apareció con fuerza en el debate fue la relevancia de involucrar a la ciudadanía, para que ésta pueda participar en las decisiones sobre naturalización y, a la vez, comprender mejor el propósito de las infraestructuras verdes. Más allá de su contribución a la salud, estas infraestructuras también sirven para mitigar la subida de la temperatura en las ciudades, como consecuencia del cambio climático, creando espacios de confort. 

Los expertos también apuntaron a la necesidad de un cambio de perspectiva sobre cómo debe ser el verde urbano, ahora muy condicionada por una serie de factores culturales, que tienden a reforzar una visión tradicional. Saber educar para que las personas tengan una nueva percepción sobre esta realidad es otro reto pendiente, para el avance de la naturalización urbana.

Los municipios, por su parte, deben esforzarse en sistematizar el conocimiento sobre su capital natural, para poder desarrollar políticas bien fundadas en este ámbito. 

En el Laboratorio, participaron Gabriel Dorado, profesor de la Universidad Politécnica de Madrid y Director del Máster en Jardines Históricos y Servicios Ecosistémicos de la Infraestructura Verde; José Luis Rodríguez, decano del Colegio de Ingenieros de Montes de Madrid; Pedro Calaza, representante de la Asociación de Empresas de Gestión de Infraestructura Verde, ASEJA; Rafael Córdoba Hernández arquitecto y profesor de ETSAM (Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid de la UPM); Inmaculada Gascón, miembro de la Junta directiva de la Asociación Española de Arboricultura; Gabino Carballo, vocal de la AEPJP, Asociación Española de Parques y Jardines Públicos, y Lola González, Directora de los salones integrantes de FSMS, incluido el FORO DE LAS CIUDADES DE MADRID.

Servicios ecosistémicos

Gabriel Dorado, profesor de la Universidad Politécnica de Madrid y Director del Máster en Jardines Históricos y Servicios Ecosistémicos de la Infraestructura Verde, explicó la evolución de la relación entre lo rural y lo urbano, a través del tiempo que pasó de una separación inicial en el mundo antiguo a una incorporación cada vez mayor del verde en las ciudades, en los siglos XIX y XX, muy fundamentada en una visión estética y ornamental.

Esta última etapa ha dado lugar en el siglo XXI a una visión más sofisticada que es la del verde “como un contribuyente esencial al bienestar y a la salud y como un proveedor de múltiples servicios ecosistémicos”. La evolución ha llegado hasta el punto de que esta visión ya se ha integrado en estrategias europeas, nacionales y en todo tipo de planificaciones del territorio tanto regionales como locales.

José Luis Rodríguez, decano del Colegio de Ingenieros de Montes de Madrid, recordó que “la Naturaleza trabaja a muy largo plazo”. Con ello quiso subrayar que una buena infraestructura verde requiere de una buena planificación, y apunto que “si no se hace bien no se cumplirán los objetivos.” En este sentido, reclamó una mayor coordinación entre administraciones públicas, así como poder conseguir que la infraestructura verde “pase a un primer plano y no quede subordinada a otras infraestructuras de la ciudad”.  Señaló al respecto que las infraestructuras de movilidad “todavía son una barrera para la consolidación del verde urbano”.

Pedro Calaza, representante de la Asociación de Empresas de Gestión de Infraestructura Verde, ASEJA, recordó que el nuevo paradigma de la naturalización debe poner el acento en la multiescalaridad espacial y administrativa y multifuncionalidad, y destacó que “hay un gran elenco de funciones y beneficios ambientales y de salud pública, que deben potenciarse, haciendo hincapié en aspectos  concretos como la regulación de temperatura en las ciudades o la neutralización de los compuestos orgánicos volátiles”.

Rafael Córdoba, arquitecto y profesor de ETSAM (Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid UPM), sugirió que tanto la administración general como autonómica deben velar por la creación de estrategias y legislación que promuevan la infraestructura verde. Señaló, además, que “los técnicos tenemos un papel intermedio entre las administraciones y la población que consiste en transmitir la importancia de estos elementos”. También indicó la necesidad de conseguir canales de participación para la ciudadanía. 

Inmaculada Gascón, miembro de la Junta directiva de la Asociación Española de Arboricultura, citó el encuentro como una oportunidad para “da lugar a espacios nuevos que podrían potenciar el arbolado y mejorar las condiciones del suelo y del agua a favor de la biodiversidad”.

Gabino Carballo, vocal de la AEPJP, Asociación Española de Parques y Jardines Públicos, advirtió del peligro de que las ideas en este ámbito “al igual que los vencejos a los que les cuesta abandonar el vuelo y descender, no acaben de aterrizar”. También se mostró crítico con las visiones existentes de que se vea la promoción de las infraestructuras verdes “como un gasto añadido” sin considerar su importancia global”.

Más allá de la jardinería urbana

Para José Luis Rodriguez, la jardinería, como servicio urbano está sujeto a unas reglas económicas y recordó que ”las contratas de mantenimiento se establecen a 4 ó 5 años y esto limita las actuaciones ya que no permiten realizar grandes inversiones”. Concluyó al respecto que deberían establecerse acuerdos más ambiciosos acompañados de las inversiones necesarias y fomentar la colaboración publico privada, “Si no -dijo- será difícil salir del cinturón de la simple jardinería urbana”.

En esta misma línea de mejora, Pedro Calaza indicó que las administraciones deberían hacer algo más que una subasta de servicios y pedir requisitos más sofisticados, de modo que se ofreciera más valor: “hay que pasar de la mera subasta a vender conocimiento y buena praxis”.  Entre estos elementos de valor citó, a título de ejemplo, la implementación de métricas del rendimiento ecológico de los proyectos verdes.

Gabriel Dorado, por su parte, afirmó que la planificación estratégica debe ser capaz de influir en los pliegos de la contratación pública y orientarla hacia prácticas más precisas, como, por ejemplo, el establecimiento de la poda necesaria para las distintas especies de arbolado. Indicó, además, que era imprescindible que la gestión del verde involucre por igual a la comunidad científica, las universidades y reivindicó que “se dé voz a la ciudadanía para aplicar las soluciones que esta necesita”.

Inmaculada Gascón reclamó que se informara mejor a la ciudadanía para que se comprenda mejor el sentido y propósito de la naturalización ya que existen conceptos muy distintos sobre cómo debe ser el verde urbano, que están fuertemente condicionados por la cultura heredada.

Cambiar las visiones culturales

Rafael Córdoba constató la existencia de una cultura en que el valor del territorio ha ido asociado al rendimiento económico proporcionado por la urbanización. En este sentido Lola González, Directora del FORO DE LAS CIUDADES DE MADRID, planteó la importancia de que los ámbitos de participación sobre el verde urbano supieran conectar con prácticas emocionales y psicológicas de la vida de las personas ya que “con la buena intención académica y política no es suficiente”.

Al hilo de este planteamiento, Gabino Carballo narró su experiencia con un huerto urbano en Barcelona, y compartió sus observaciones sobre el potencial de este tipo de espacios para crear vínculos sociales. De todos modos, reconoció que las personas tienden a reflejar en ellos su propio background cultural, dando mayor importancia, por ejemplo, a los aspectos más productivistas. En este sentido. constató que “algo falla en la transmisión de conocimiento a los ciudadanos”.

Gabriel Dorado reconoció la importancia de los valores sociales de los huertos urbanos por encima de los ecosistémicos y se mostró partidario de que los municipios los promuevan. Sin embargo, señaló que también se debería apostar por los huertos productivos e indicó que “esto nos tiene que preocupar a la hora de planificar el territorio ya que no podemos seguir extendiendo la urbanización a las zonas rurales productivas periurbanas sin contar con su potencial”. 

Complementariamente, Rafael Córdoba reivindicó el municipio como ámbito de producción de alimentos y esto implica recordar que “la infraestructura verde no solo es un bosque, un parque o un río sino también la actividad productiva”.

Pedro Calaza también incidió en el papel determinante de las visiones culturales. Afirmó que para reconectar con la Naturaleza hay que generar espacios atractivos, pero “esto mismo ya es complicado por las diferentes culturas y preferencias de las personas”. Recordó que en la idea de paisaje todavía pesa mucho la percepción positiva vinculada solo a la parte estética por delante de la funcional. “Si se sabe trasladar a la población que su percepción debe incorporar otros elementos, se podrá avanzar mucho en la aceptación de la naturalización”, aseguró. 

José Luis Rodriguez propuso que las inversiones ambientales que empresas y fondos realizan para compensar sus emisiones se llevaran a cabo de una manera más precisa. Para hacerlo posible, los municipios deberían evaluar y profundizar en el conocimiento de su capital natural (como ha hecho Vitoria). Así, sería posible mostrar a los interesados una hoja de ruta para invertir en zonas concretas de manera que se generaría también un beneficio para la comunidad´

Ideas finales

Para cerrar, el moderador, Carlos Martí, Director de Contenidos del FORO DE LAS CIUDADES DE MADRID, invitó a los participantes a resumir en una idea su visión final sobre el tema.

Gabriel Dorado reclamó la necesidad de establecer una planificación municipal global de todas las infraestructuras verdes.

Por su parte, José Luis Rodriguez recalcó que las inversiones en naturalización deben “mantenerse en el tiempo y no abandonarse” si quieren conseguir sus objetivos.

Pedro Calaza puso el foco en la potencia del concepto de salud, especialmente tras la pandemia, “algo que todo el mundo entiende” y que es un magnífico argumento en favor de la naturalización.

Rafael Córdoba señaló que la clave es que “administraciones y ciudadanía logren trabajar los proyectos en común”. 

Inmaculada Gascón constató la voluntad transformadora presente en la Administración, algo que contrasta a veces con la “falta de herramientas fáciles y operativas para concretar las intervenciones”.

Finalmente, Gabino Carballo, enfatizó la importancia de “trabajar más localmente y de forma cotidiana en estas cuestiones” y sobre todo de “abandonar la idea de construir para centrarse en cultivar en las ciudades”.

Premio Árbol

Lola González, Directora de certámenes de IFEMA MADRID expresó durante la sesión el interés del FORO DE LAS CIUDADES DE MADRID en la biofília, concepto que subraya la afinidad innata por todo lo viviente propia de los humanos, y que es fundamental para explicar la naturalización en los ámbitos urbanos.

Este concepto también ha inspirado la creación del Premio Árbol por parte del FORO DE LAS CIUDADES DE MADRID, que nace con la vocación de reconocer, apoyar y divulgar las buenas prácticas realizadas en el entorno urbano para mejorar las infraestructuras verdes y con ello la calidad de vida.

Precisamente las personas que participaron en esta sesión online eran miembros del jurado del premio, cuya primera edición se entregará en el transcurso del foro, concretamente el 16 de junio.

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